Existen muchos mitos y creencias en torno al gluten. Pero, ¿realmente sabemos lo que es? Conoce la respuesta.
Comencemos explicando qué es el gluten, y es que este es un conjunto de proteínas (prolaminas y glutelinas) que se encuentran en la semillas de muchos cereales como, el trigo, el centeno o la cebada, entre otros.
Una de las razones por las que el gluten es muy apreciado en la producción de alimentos es su propiedad viscoelástica, que permite retener el gas formado durante la fermentación, dando una esponjosidad agradable a los productos panarios. Además, también se utiliza de aglutinante y emulgente en muchos otros productos como helados o salsas.
La creencia de que el gluten puede ser perjudicial para nuestra salud es algo extendido debido a la cantidad de personas que sufren trastornos relacionados con él, como la celiaquía o la sensibilidad al gluten no celiaca, así como la gran cantidad de bulos que circulan sobre la alimentación en internet.
La celiaquía es una enfermedad autoinmune, (no una alergia como mucha gente cree), en la que el cuerpo de personas genéticamente predispuestas, reconoce al gluten como algo extraño y lo combate, afectando generalmente al tracto digestivo.
De ahí, el aumento de la oferta de productos “sin gluten”, sin embargo, los nutricionistas aseguran que, si no se posee ningún trastorno asociado a él, eliminarlo de nuestra dieta es completamente innecesario. Esto es debido a que, aunque el gluten en si no posee grandes valores nutricionales, los alimentos que lo contienen sí, como fibra, vitaminas y minerales.
En conclusión, el gluten aporta unas propiedades tecnológicas únicas que nos permiten disfrutar de los alimentos con esa textura esponjosa que tanto nos gusta. Y sólo debemos desaconsejar su consumo en personas que tienen diagnosticado un trastorno asociado a él.
